La hierba de los sueños. A lo largo de la historia, el ser humano ha creado condiciones que le permitan un mejor vivir: descubrió cómo resguardarse del frío, de qué forma conservar sus alimentos, diferentes maneras de comunicarse con otros, entre otras cosas; y desde ahí, cada día ha tratado de innovar y mejorar todos los aspectos de su vida. Pero, a pesar de los avances y nuevos descubrimientos, siguen existiendo prácticas que datan desde tiempos ancestrales, como por ejemplo el uso de hierbas medicinales para dolencias o enfermedades. Y es que la naturaleza ha sido sabia colocando en nuestro camino sustancias capaces de curar estos males, de disminuir dolores, de potenciar la atención o la memora y de modificar la forma en la que soñamos.
Muchos de nosotros no recordamos nuestros sueños o no les prestamos importancia, pero para muchas culturas antiguas cada vez que la noche caía, la mente se sumía en un mundo mágico, lleno de profecías o digno de ser interpretado, y a menudo, nuestros antepasados consumían brebajes y extractos de hierbas naturales que les ayudaban a viajar al mundo de los sueños lúcidos.
La Calea Zacatechichi o hierba de los sueños
La Calea Zacatechichi o la hierba de los sueños, es una planta poco conocida pero con larga data en el uso chamánico. Bautizada como «la hoja de Dios», los pueblos originarios de Oaxac -los indígenas Chontal- la consumían para aclarar los sentidos, inducir a sus consumidores a sueños vividos o sueños lúcidos y así poder recibir las visiones de Dios mientras se dormía.
La Calea, así como otras hierbas psycotropicas, debe utilizarse de forma adecuada. Se puede consumir oralmente de forma simple o como un té en una proporción de 0,5 – 1 gramo. Su consumo oral es de sabor amargo y suele producir nauseas, aunque no se conocen otros efectos posteriores a su consumo o efectos secundarios.
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