Además de las setas alucinógenas, los panes de setas y las trufas mágicas, no podíamos dejar fuera a los llamados cactus sagrados. En realidad es un nombre genérico, ya que existen varios tipos de cactus sagrados alucinógenos, aunque son dos los que destacan, el peyote y el cactus San Pedro. Pero hay otros cactus alucinógenos más, como el cactus Trichocereus peruvianus y el cactus Trichocereus bridgesii.
Este tipo de plantas alucinógenas se caracterizan por contener alcaloides, que son sustancias químicas que funcionan para producir estados alterados de conciencia. Esto es, que puedes experimentar diversos tipos de alteraciones táctiles, visuales, auditivas, incluso olfativas y gustativas.
Cactus peyote
Es una planta endémica de México, aunque se encuentra también en Estados Unidos. Su nombre científico es Lophophora williamsii, existiendo dos especies, el peyote y Lophophora diffusa, muy similar, pero de rápido crecimiento. Es de los cactus alucinógenos pequeños, ya que alcanza un máximo de 5 cm de altura y tiene un diámetro de 10 cm. Se caracteriza por su forma redondeada, con la parte superior un poco hundida. Es de color verde-grisáceo, con algunos tonos en azul y en la base es donde salen los hijuelos. Tiene su floración durante la primavera, pero eso sí, crece muy lento, tanto así que la floración tarda ¡30 años en producirse!
Es uno de los cactus enteógenos de efecto alucinógeno más conocidos a nivel mundial. También conocido con el nombre de jículi, se caracteriza por tener un elevado contenido de mescalina. La mescalina es un compuesto alucinógeno que fue extraída por primera vez en 1896 por Arthur Heffter, un farmacólogo alemán. La mescalina actúa de forma similar a la norepinefrina, un neurotransmisor, pero produciendo un estado alterado de conciencia. En dosis altas, esto es, mayores a 0,5 g los efectos son desagradables, como náuseas, vómitos, ansiedad, hipertensión y taquicardia.
Historia del peyote
Era una planta sagrada en la época prehispánica, que solo podía ser suministrado por los sacerdotes a los combatientes. La intención era que fuesen más arrojados, fuertes y victoriosos. Era una planta sagrada tanto para los huicholes como para los mexicas, pero también para los navajos en Estados Unidos. No obstante, en los escritos españoles se menciona que los indígenas que lo consumían, eran presas de “terroríficas visiones demoníacas”. Por esta razón la Santa Inquisición lo prohibió tajantemente desde 1617. Con todo, llegó a Europa muchos años antes y en 1800 se le consideró como planta que combatía enfermedades mentales.
Efectos del peyote
Producen un efecto alucinógeno. Esto es debido a que la mescalina reduce la oxidación del lactato de sodio, glutamato y piruvato. Sin duda altera la conciencia, produce alucinaciones (por ejemplo, ver cosas que no están ahí). Aunque no es tan fuerte como el LSD, sí que produce pérdida del sentido del tiempo, la conciencia está activa y sus efectos duran hasta 10 horas.
Cactus de San Pedro
Este cactus es muy conocido en todo el mundo. Tiene un aspecto realmente inofensivo y muy atractivo, al punto que se le utiliza como planta ornamental. Pero además pertenece a los cactus alucinógenos por la sustancia que produce y sus efectos. Su nombre científico es Echinopsis pachanoi, y también es un cactus de origen americano, en particular su origen son los Andes. Es una cactácea que se conoce muy bien en Bolivia, Perú y Ecuador. Al igual que el peyote, el cactus San Pedro se utilizaba por las tribus precolombinas con fines curativos.
Crece ni más ni menos que a mil metros de altura, además de que el género Echinopsis alberga a más de 100 especies sudamericanas. El cactus San Pedro es similar al saguaro, por su forma alargada, como una columna, pero es mucho más pequeño. Produce flores blancas que se abren por la noche, son fragantes pero tienen poca duración: duran, a lo mucho, 48 horas antes de marchitarse. También pasan años para que florezca, pero son menos que con el peyote: unos 7 años.
Historia del cactus San Pedro
Este cactus se conoce desde hace al menos dos mil años en Sudamérica, en donde era utilizado en diversos ritos por los chamanes. Se le atribuían propiedades mágicas o divinas, por lo que su uso, consumo y cultivo era exclusivo de los chamanes, quienes lo llamaban “achuma” o “wachuma”. Lo utilizaban en ceremonias religiosas debido a que tiene propiedades alucinógenas ocasionadas por la mescalina y otros alcaloides. La idea era conectarse con lo divino y con el más allá. Y el nombre de San Pedro le vino después porque al consumirlo “se abrían las puertas del cielo”.
Efectos del cactus San Pedro
Como mencionamos, es de los cactus alucinógenos que contiene mescalina, un alcaloide alucinógeno que es menos fuerte que el LSD. Una vez que se ingiere, los efectos se sienten a la media hora u hora y media, pero tienen una duración de 8 hasta 12 horas, incluso 24 horas. Hay alteraciones de la percepción del espacio, reacciones emocionales magnificadas. Pero un mal viaje puede ocasionar ataques psicóticos, ansiedad y taquicardias, entre otros efectos.
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